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Antes fue un hombre recto, que no trató de huir de las balas cuando combatía... Ahora palidece bajo la vara de un agente de la Gestapo y comete una traición para salvar la piel. ¡Cuán superficial sería su valor para ceder ante unos golpes! Tan superficial como sus convicciones. Era fuerte en un grupo, rodeado de camaradas que pensaban como él. Era fuerte porque pensaba como ellos. Pero ahora, aislado, solo, rodeado por el hostigamiento del enemigo, ha perdido completamente su fuerza. Lo ha perdido todo porque empezó a pensar en sí mismo. Para salvar la piel sacrificó a sus camaradas. Lo dominó la cobardía y por la cobardía es un traidor. [5](Las negritas son mías).
¿Qué llevó a Miguel a convertirse en menos de 24 horas en un traidor?: a) La certeza de que estaba acorralado, que sus "compañeros de confianza" en ese momento, eran ya infiltrados y que, hiciera lo que hiciera, no iba a sobrevivir, y b) ¿y para qué resistir? Si, total, sus antiguos camaradas eran todos unos hijos de puta que lo habían ninguneado, engañado, incomprendido y hasta traicionado... Además de ser culpables de su extrema frustración y el estado de descomposición personal en el que ya estaba.[6]

Narrativa y Ensayo publica este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Edgar Celada Q.
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